



Todo el mundo tiene el derecho y el potencial de participar en la toma de decisiones.
¿No tenemos todos el derecho y la capacidad de opinar y ayudar a tomar decisiones que afectan a nuestra vida en común? Para nosotros, democracia significa que las personas negocian entre sí cómo quieren vivir juntas. No se trata de que prevalezca la opinión de unos individuos, sino de que todos tengan la oportunidad de participar activamente.
La democracia parlamentaria nos promete la lucha por la mejor solución. Sin embargo, a menudo nos encontramos con que la política de poder triunfa sobre la política sustantiva. Para cambiar esta situación es necesaria una profunda reforma de nuestras estructuras políticas. Por eso estamos desarrollando herramientas, formatos y modelos innovadores para seguir desarrollando y reforzando la democracia.
Llevamos más de 35 años comprometidos con la democracia directa, el derecho de voto justo, la transparencia y la participación ciudadana efectiva, como los consejos ciudadanos por sorteo en todos los niveles políticos. Concedemos gran importancia a la calidad del diálogo, el debate y la toma de decisiones para mejorar la cultura democrática. Al mismo tiempo, nos oponemos al desmantelamiento de los derechos democráticos, identificamos los puntos débiles del sistema político y nos consideramos la conciencia democrática de la sociedad.
Una democracia fuerte es nuestro escudo protector contra el populismo. Cuando las personas se sienten seguras, escuchadas y respetadas, también son más capaces de afrontar las tensiones y las opiniones divergentes y desarrollar su creatividad. Por eso creamos espacios en los que la gente pueda reunirse abiertamente e intercambiar ideas con respeto.
Juntos podemos reforzar la democracia y garantizar que siga viva en la vida cotidiana. Trabajemos juntos para garantizar que la democracia sea algo más que una palabra, ¡y démosle vida!